Los prefijos son elementos afijos, carentes de autonomía, que se anteponen a una base léxica (una palabra o, a veces, una expresión pluriverbal) a la que aportan diversos valores semánticos.
La norma general es clara y simple: la única manera de escribirlos coherente y correctamente es soldarlos, pegarlos, juntarlos, unirlos completamente a la palabra que modifican, sin guion y sin espacio intermedio: justamente como se hace con los sufijos y demás elementos compositivos, y forman palabras nuevas (codirector, posapocalíptico, exmilitar, comecocos, sacacorchos). Hay muy pocas excepciones o casos especiales:
Primera excepción Cuando el prefijo modifica una palabra que empieza normativamente por mayúscula, se enlaza mediante un guion. Esto es coherente, porque el propio sistema ortográfico de la lengua española no acepta, de ninguna manera, tener palabras con alguna mayúscula escrita justo después de minúscula en un mismo vocablo.
Segunda excepción Cuando los prefijos (especialmente anti-, pro- y ex-) modifican expresiones complejas, compuestas por más de un elemento, el prefijo se escribe excepcionalmente separado: vice primer ministro, anti derechos de autor; esto se explica porque el prefijo se aplica a todo el conjunto que expresa una idea o concepto, y en general no sería adecuado juntarlo con uno solo de los elementos: viceprimer ministro, antiderechos de autor. Sin embargo, hay lingüistas como José Martínez de Sousa que afirman que no hay razón para no unir el prefijo con el primer elemento (exalto cargo, excapitán general, exprimer ministro, exguardia civil), lo que simplifica en cierta medida la escritura. Sea como sea, lo que está claro es que en estos casos, evidentemente, tampoco debe escribirse nunca guion, pues es totalmente inútil e innecesario.
Tercera excepción En casos concretos de escritura literaria o expresiva, se usa el guion geminado o diacrítico para expresar gráficamente que una expresión tiene un significado diferente al que sería interpretable con la unión total de los prefijos: re-vista (segunda vista), re-crear (volver a crear), re-formar (formar otra vez). Este uso del guion es, como queda claro, excepcional y estilístico, por lo que debe limitarse su uso a textos en los que prima la expresividad, ya que su uso es innecesario, pues tales expresiones pueden sustituirse por otras más claras y formales.
Cuarta excepción Si se anteponen a una palabra dos prefijos coordinados, el primero de ellos se escribe aislado y con guion, para indicar su condición de prefijo —si no, podría confundirse con una preposición u otros vocablos—, de elemento inseparable, y evitar al mismo tiempo la repetición de la palabra base: Uno de los coproductores ha dicho que solo podrá colaborar directamente con nosotros durante la pre- y la posproducción de nuestro audiovisual. Esto también es muy lógico, y no tiene ninguna complicación; a algunos les parece poco estético tener un prefijo suelto y con guion entre el texto, pero es necesario, o al menos muy recomendable, en ese caso concreto; además, cuando se habla de los prefijos como tales, también se escriben siempre con un guion a continuación (el cual nunca debe incluirse en el entrecomillado ni en la cursiva) por la misma razón; ese guion únicamente simboliza, representa o expresa que le falta una parte inseparable.
A continuación expongo una lista de los prefijos más frecuentes, con sus significados y algunos ejemplos:
a- (‘privación o negación’): amoral, anormal, apolítico, atípico, anaeróbico. ante- (‘anterioridad en el espacio o en el tiempo’): antebrazo, anteponer, antepenúltimo, anteayer, anteproyecto.
anti- (‘opuesto’, ‘contrario’, ‘que combate o evita’): anticristo, antipapa, antiabortista, antifascista, anticonstitucional, antimonopolio, anticongelante, anticorrupción, antimafia, antiniebla, antirrobo, antivirus.
archi- (‘superioridad o preeminencia’, ‘sumamente’): archiduque, archidiócesis, archiconocido, archimillonario.
auto- (‘de o por uno mismo’): autopromoción, autorretrato, autocensura, autolesionarse.
co- (‘conjuntamente con otros’): coguionista, coexistir, copresentar, coproducción, copropietario.
contra- (‘posición opuesta o enfrentada’, ‘opuesto o contrario’, ‘reacción en contra’): contraportada, contraorden, contraveneno, contratacar, contraespionaje.
cuasi- (‘casi, no totalmente’): cuasidelito, cuasicerteza, cuasiunanimidad, cuasiautomático, cuasipolicial, cuasiperfecto.
de(s)- (‘negación o carencia’, ‘cesación o acción contraria’): desamor, desempleo, descortés, desobedecer, descoser, de(s)codificar.
dis- (‘negación o contrariedad’): disconforme, discapacitado, disgusto. entre- (‘en medio o en posición intermedia’, ‘a medias’, ‘entre sí’): entreplanta, entrecerrar, entrechocar, entremezclar(se).
ex- (‘que fue y ya no es’): excombatiente, exjugador, exnovio, exrepresentante, exsecretario.
extra- (‘fuera de’, ‘en grado sumo’): extrauterino, extrarradio, extraterrestre, extramuros, extraordinario, extrafino, extrasuave.
hiper- (‘superioridad o exceso’): hipertensión, hiperrealismo, hiperactivo, hiperventilar.
hipo- (‘inferioridad o escasez’): hipocalórico, hipotenso.
in- (‘privación o negación’): inacción, incertidumbre, incómodo, incapaz, invendible, incumplir, imposible, imbatible, irreal, ilegal.
infra- (‘debajo de o por debajo de’, ‘inferioridad o insuficiencia’): inframundo, infrasonido, infravivienda, infrahumano, infrautilizar, infravalorar.
inter- (‘en medio de o en posición intermedia’, ‘reciprocidad, relación mutua o ámbito común’): interdental, intercambiar, interconectar, interministerial, internacional, interclub(e)s.
intra- (‘dentro o en el interior de’): intramuscular, intravenoso, intramuros.
macro- (‘grande o muy grande’): macroeconomía, macroencuesta, macroconcierto.
maxi- (‘grande o muy grande’): maxifalda, maxipantalla, maxiproceso.
mega- (‘muy grande’): megaempresa, megaestrella, megatienda.
micro- (‘muy pequeño’): microbús, microchip, micropene.
mini- (‘pequeño’): minibar, minifalda, minigolf, miniserie.
neo- (‘nuevo o reciente’): neocatólico, neoclásico, neolector, neoliberalismo, neonazi.
para- (‘similar o paralelo, pero al margen’): paraestatal, paramilitar, paranormal.
pos(t)- (‘posterioridad en el tiempo o, menos frecuentemente, en el espacio’): posguerra, posmoderno, posoperatorio, posparto, posponer, postsoviético.
pre- (‘anterioridad en el espacio o en el tiempo’): premolar, prepalatal, prebélico, precampaña, precontrato, prejubilar(se), prematrimonial, premamá, Prepirineo.
pro- (‘por o en vez de’, ‘a o en favor de’, ‘hacia delante’): procónsul, proaborto, proamnistía, probiótico, progubernamental, pronuclear, prorruso, provida, proactivo.
(p)seudo- (‘falso’): (p)seudoproblema, (s)seudoprofeta, (p)seudocientífico.
re- (‘detrás de’, ‘hacia atrás’, ‘acción repetida’, ‘intensificación’): recámara, refluir, recolocar, rehaer, requemar, recalentamiento, relisto.
retro- (‘hacia atrás’): retropropulsión, retrovisor, retroactivo, retroalimentar(se).
semi- (‘medio’, ‘a medias o no del todo’): semicírculo, semitono, semidiós, semidesnudo, semirrígido, semisótano.
sobre- (‘encima de o por encima de’, ‘en grado sumo o en exceso’): sobrepuesto, sobrevolar, sobrecargar, sobrexcitar(se), sobrealimentado.
sub- (‘debajo de o por debajo de’, ‘insuficientemente’): subsistema, subsuelo, subbloque, subtropical, subarrendar, subdirector, subdesarrollo, subalimentado.
super- (‘encima de o por encima de’, ‘superioridad o excelencia’, ‘en grado sumo o en exceso’): superíndice, superponer, superintendente, superhombre, superordenador, superpotencia, superpoderes, superatractivo, superrápido, superbién, superfino, superdotado, superpobalción.
supra- (‘encima de o por encima de’): suprarrenal, supranacional.
tele- (‘a distancia’): telebanco, telecomunicación, teledirigir, telemando.
tra(n)s- (‘detrás de’, ‘al otro lado de’ o ‘a través de’): trastienda, tra(n)sandino, tra(n)siberiano, tran(s)nacional.
ultra- (‘más allá de’, ‘extremadamente’): ultratumba, ultramar, ultrasonido, ultracorrección, ultraconservador, ultraligero, ultrasensible, ultracongelar.
vice- (‘en vez de o que hace las veces de’): vicedirector, vicerrector, vicepresidente.
En prácticamente todos los demás casos, los prefijos se escriben totalmente soldados e integrados a las palabras a las que modifican, sin ningún signo entre ellos, ni espacio.
Hay prefijos especiales o peculiares —o incluso otros vocablos que lamentablemente suelen confundirse con prefijos y heredan sus errores frecuentes—, que requieren, por consiguiente, un poco más de atención y cuidado para evitar errores:
pos(t)-
Este prefijo, que significa ‘detrás de’ o ‘después de’, tiene la peculiaridad de acabar en dos consonantes seguidas, por lo que en español, como es bastante razonable, suele simplificarse en pos-. Esto no siempre es así, ya que al soldarlo a palabras que empiezan por s- se mantiene la -t para evitar juntar dos eses (postsindicalista); si la palabra empieza por t-, evidentemente se emplea la forma simplificada (postraumático), al igual que en todos los demás casos. Otra curiosidad de este prefijo es que cuando se une a una palabra que comienza por r-, no debe duplicarse esta letra para mantener el sonido /rr/ (posromántico), como ocurre con el resto de prefijos acabados en consonante.
ex-
Hasta 2010, la Real Academia Española consideraba este prefijo como uno especial, con valor preposicional, que debía escribirse separado mediante un espacio de la palabra a la que se unía, pero a partir de 2011, con la nueva edición de la Ortografía de la lengua española, se escribe ya totalmente soldado, y por supuesto y como siempre, sin guion, como el resto de prefijos, sufijos y elementos compositivos. Otra consideración para este prefijo es que no se recomienda su empleo antepuesto a sustantivos o adjetivos referidos a cosas; en ese caso es preferible el uso de adjetivos como antiguo, anterior, o de adverbios como anteriormente.
no
Este vocablo no es prefijo, sino adverbio de negación, el de toda la vida; aunque en ciertos casos tiene un valor parecido al de un prefijo, por lo puede crear confusión si no se conocen las normas y convenciones lingüísticas o no se comprenden verdaderamente las palabras, y aumenta la probabilidad de error. Del DPD: Se antepone a sustantivos o adjetivos abstractos, denotando inexistencia de lo designado por ellos (no fumador, no muerto); naturalmente, se escribe separado y sin guion intermedio.
super-
Del DPD: Elemento compositivo prefijo que denota ‘lugar situado por encima’: superciliar, superponer; ‘superioridad o excelencia’: superpotencia, superhombre; o ‘exceso’: superpoblación, superproducción. En el español coloquial actual se usa con mucha frecuencia para añadir valor superlativo a los adjetivos o adverbios a los que se une: superútil, superreservado, superbién. Como el resto de los elementos compositivos prefijos, super- es átono y debe escribirse sin tilde y unido sin guion a la palabra base. No se considera correcta su escritura como elemento autónomo: «Se portan súper bien» (Tiempo [Col.] 11.2.97). No debe confundirse con el adjetivo y el sustantivo súper, que sí son palabras independientes.
pro-
Significa ‘a/en favor o en beneficio de’. Hasta finales de 2010, la norma académica consideraba que era preposición, y por consiguiente debía escribirse siempre separada del resto de palabras —y evidentemente sin guion— ; pero con la nueva revisión de la Ortografía de la lengua española por fin se admite y se reconoce que es prefijo, y por consiguiente debe escribirse, como norma general, unido, fusionado, pegado a la palabra que modifica, sin guion ni espacio.
Con el resto de prefijos no debería haber ningún problema, pues son normales. Lo único que hay que tener en cuenta es que si se anteponen a palabras que comienzan por r-, esta letra se duplica para mantener el sonido /rr/ (prerrománico, antirrevolucionario); y que si coincide la misma vocal, puede y suele reducirse a una sola (sobreescribir, sobrescribir; antiimperialista, antimperialista; contraataque, contrataque) excepto cuando tal simplificación comprometa la correcta y adecuada comprensión del vocablo por existir formas semejantes en apariencia o, evidentemente, cuando la palabra base comience por h y por consiguiente se intercale entre ambas vocales.
Aparte de los prefijos, hay más tipos de elementos compositivos (por ejemplo: limpia-, come-, tira- y un largo etcétera), que a veces tampoco se escriben correctamente a pesar de la sencillez de la norma general. No es lo mismo come cocos (3.ª persona del singular, presente de indicativo) o come cocos (imperativo) que comecocos (sustantivo)... Estas palabras compuestas, como puede comprenderse, no deben escribirse jamás con guion ni espacio intermedio.