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Cómo expresarse adecuada y correctamente[]

deber, deber de[]

  • deber + infinitivo. Denota obligación. Con este sentido, la norma culta rechaza hoy el uso de la preposición de ante el infinitivo.
  • deber de + infinitivo. Denota probabilidad o suposición. No obstante, con este sentido, la lengua culta admite también el uso sin preposición.

Ejemplos:

  • Debería haberte hecho caso.
  • Esta debe de ser la fuente de la que hablaba Locke.
  • La fuente debería estar aquí.

Escritura de prefijos y elementos compositivos[]

Como norma general, todos los prefijos y elementos compositivos se escriben totalmente unidos a la palabra a la que modifican, sin guion intermedio y sin espacio, justo como ocurre con los sufijos.

Hay unas pocas excepciones:

  • Solo se escribe guion intermedio si la palabra base comienza normativamente por mayúscula o está escrita toda en mayúsculas o si está constituida por cifras.
  • Además, si se anteponen a una palabra dos prefijos coordinados, el primero de ellos se escribe aislado y con guion, para indicar su condición de prefijo y evitar al mismo tiempo la repetición de la palabra base.

Para más información, visita mi artículo dedicado a los prefijos y elementos compositivos.

el agua, esta agua, mucha agua[]

Muchas palabras que comienzan por /a/ tónica son de género femenino, pero por razones de fonética histórica, este tipo de palabras seleccionan en singular la forma el del artículo, en lugar de la forma femenina normal la. Esta regla solo opera cuando el artículo antecede inmediatamente al sustantivo, de ahí que digamos el agua, el área, el hacha; pero si entre el artículo y el sustantivo se interpone otra palabra, la regla queda sin efecto, de ahí que digamos la misma agua, la extensa área, la afilada hacha. Puesto que estas palabras son femeninas, todas las demás palabras (este, ese, aquel, todo, mucho, poco, etc.) deben concordar con ellas.

detrás de mí, encima de mí, al lado mío[]

Debe evitarse el uso de adverbios como cerca, detrás, delante, debajo, dentro, encima, enfrente con adjetivos posesivos. El origen de este error está en equiparar el complemento preposicional introducido por la preposición de (detrás de María) con los complementos de posesión, de estructura formalmente idéntica (la casa de María). Sin embargo, se trata de construcciones diferentes: en la primera (detrás de María), el núcleo del que depende el complemento preposicional es un adverbio (detrás), mientras que en la segunda (la casa de María) es un sustantivo (casa). Así pues, debe decirse detrás de María y no *detrás suyo, y muchísimo menos *detrás suya; es importante señalar que el posesivo pospuesto debe concordar en género con el sustantivo al que modifica; así pues, debe decirse al lado suyo (y no *al lado suya), puesto que el sustantivo lado es masculino.

Laísmo, leísmo y loísmo[]

Para usar adecuadamente los pronombres átonos de 3.ª persona lo(s), la(s), le(s) según la norma culta del español general, debe tenerse en cuenta, en primer lugar, la función sintáctica que desempeña el pronombre y, en segundo lugar, el género y el número gramatical de la palabra a la que se refiere.

Cuando el pronombre desempeña la función de complemento directo, deben usarse las formas lo, los para el masculino (singular y plural, respectivamente) y la, las para el femenino (singular y plural, respectivamente).

Dada la gran extensión en el uso de los hablantes cultos de ciertas zonas de España de la forma le cuando el referente es un hombre, se admite, únicamente para el masculino singular, el uso de le en función de complemento directo de persona. Sin embargo, siempre es preferible emplear la forma gramaticalmente correcta, adecuada y propia.

Cuando el pronombre desempeña la función de complemento indirecto, deben usarse las formas le, les (singular y plural, respectivamente), cualquiera que sea el género de la palabra a la que se refiera.

Mayúsculas[]

Es muy importante emplear correcta y adecuadamente las mayúsculas, pues tienen, dependiendo del contexto o situación, un significado u otro. Así pues, debe evitarse a toda costa su uso arbitrario y excesivo por copia del inglés y otras lenguas, ya que no conviene en absoluto que pierdan sus significados.

Se escribe mayúscula al comienzo de frases y oraciones, después de signos de puntuación con valor conclusivo y en determinados casos, por antonomasia u otros fenómenos lingüísticos. Así pues, por ejemplo, los títulos de películas, libros, canciones y otras obras se escriben todos en minúscula excepto las letras que normativamente deban escribirse con mayúscula inicial, como los nombres propios.

Mayúscula o minúscula en los meses, los días de la semana y las estaciones del año[]

Salvo que la mayúscula venga exigida por la puntuación (a comienzo de texto o después de punto), los nombres de los días de la semana, de los meses y de las estaciones del año se escriben en español con minúscula inicial. Solo se inician con mayúscula cuando forman parte de nombres que exigen la escritura de sus componentes con mayúscula inicial, como ocurre con los nombres de festividades, fechas o acontecimientos históricos, vías urbanas, edificios, etc.

Números escritos en cifras[]

Aunque todavía es práctica común en los números escritos con cifras separar los millares, millones, etc., mediante un punto (o una coma, en los países en que se emplea el punto para separar la parte entera de la decimal), la norma internacional establece que se prescinda de él. Para facilitar la lectura de estos números, cuando constan de más de cuatro cifras se recomienda separar estas mediante espacios por grupos de tres, contando de derecha a izquierda. Esta recomendación no debe aplicarse en documentos contables ni en ningún tipo de escrito en que la separación arriesgue la seguridad. No se utiliza nunca esta separación, ni tampoco el punto, en la expresión numérica de los años, en la numeración de páginas, portales de vías urbanas y códigos postales, ni en los números de artículos, decretos o leyes.

Comillas[]

Signo ortográfico doble del cual se usan diferentes tipos en español: las comillas angulares, también llamadas latinas o españolas (« »), las inglesas (“ ”) y las simples (‘ ’) —que no deben confundirse con las que se usan en informática (" ") (' ') en textos informales o técnicos por comodidad o practicidad, que carecen de curvatura—. Se recomienda utilizar en primera instancia, por muchas y muy buenas y evidentes razones, las comillas angulares, reservando los otros tipos para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado; las comillas simples se emplearán en último lugar. Además, las comillas simples se utilizan, preferentemente a las demás, para enmarcar los significados de las palabras o frases.

porqué, porque, por qué y por que[]

Es muy importante no confundir estas cuatro expresiones, ya que tienen significados totalmente diferentes:

  • porqué: Es un sustantivo masculino que equivale a causa, motivo, razón, y se escribe con tilde por ser palabra aguda terminada en vocal. Puesto que se trata de un sustantivo, se usa normalmente precedido de artículo u otro determinante.
  • por qué: Se trata de la secuencia formada por la preposición por y el interrogativo o exclamativo qué (palabra tónica que se escribe con tilde diacrítica para distinguirla del relativo y de la conjunción que). Introduce oraciones interrogativas y exclamativas directas e indirectas.
  • porque: Se trata de una conjunción átona, razón por la que se escribe sin tilde. Como conjunción causal, para introducir oraciones subordinadas que expresan causa, caso en que puede sustituirse por locuciones de valor asimismo causal como puesto que o ya que. Como conjunción final, seguida de un verbo en subjuntivo, con sentido equivalente a para que.
  • por que: La preposición por + el pronombre relativo que. En este caso es más corriente usar el relativo con artículo antepuesto (el que, la que, etc.). La preposición por + la conjunción subordinante que. Esta secuencia aparece en el caso de verbos, sustantivos o adjetivos que rigen un complemento introducido por la preposición por y llevan además una oración subordinada introducida por la conjunción que.

aún, aun[]

El adverbio aun tiene significados y usos totalmente diferentes según el contexto, lo que se representa mediante tilde diacrítica (aún).

  • aun = ‘aunque’, ‘incluso’, ‘hasta’, ‘ni siquiera’
  • aún = ‘todavía’

Hay dos expresiones, aun así y aún así (esta última es de uso prácticamente inexistente), que suelen confundirse a causa del desconocimiento del significado de aun/aún o, en los peores casos, de todavía.

Ejemplos:

  • Dicen que va a llover. Aun así, he decidido ir. = Aunque va a llover, he decidido ir; hasta/incluso así (lloviendo), iré.
  • ¿La obra está aún así? Aun así, creía que estaría menos avanzada. = ¿La obra está todavía (temporalidad) así de retrasada? Incluso así, creía que estaría menos avanzada.
  • Los gatos pueden vernos aun en la oscuridad. = Los gatos pueden vernos incluso en la oscuridad.
  • Los gatos pueden vernos aún en la oscuridad. = Los gatos pueden vernos todavía (temporalidad) en la oscuridad (porque todavía estamos en ella).
  • No se sabe si el archivo es seguro. ¿Aun así deseas descargarlo? = Incluso sin saber si el archivo es seguro, ¿quieres descargarlo?
  • No se sabe si el archivo es seguro. ¿Aún deseas descargarlo? = Querías descargar el archivo, pero ahora sabes que podría no ser seguro; ¿todavía (temporalidad) quieres descargarlo?

Abreviaturas, siglas, acrónimos y símbolos[]

Visita otro artículo mío para saberlo todo sobre los métodos de abreviación y los símbolos.

Las letras c y z[]

Se escribe z para representar estos sonidos ante las vocales a, o, u y en posición final de sílaba o de palabra. También puede aparecer, por razones normalmente etimológicas, ante las vocales e, i, posición en la que, en palabras españolas, lo normal es escribir c.

Confusión de términos y expresiones[]

Confusión de términos y expresiones

por, a por[]

El uso de la secuencia de preposiciones a por tras verbos que indican movimiento, como ir, venir, volver, salir, etc., con el sentido de ‘en busca de’, es hoy normal en el español de España, donde es corriente decir Ve a por agua, Salgo a por el pan, Volvió a por el paraguas. En el español de América, en cambio, este uso se percibe como anómalo y sigue siendo general allí el empleo exclusivo, en estos casos, de la preposición por: Ve por agua, Salgo por el pan, Volvió por el paraguas.

No hay razones lingüísticas para condenar el uso de a por, tan legítimo como el de otras combinaciones de preposiciones nunca censuradas, como para con, de entre, por entre, tras de, de por, etc. La secuencia a por (documentada ya en textos españoles de los siglos XVI y XVII) se explica por el cruce de las estructuras ir a un lugar (complemento de dirección) e ir por algo o alguien (‘en busca de’), ya que en esta última está también presente la idea de ‘movimiento hacia’.

Por otra parte, el uso de ambas preposiciones, frente al empleo aislado de por, resuelve en muchos casos problemas de ambigüedad; así, la oración Voy por mi hijo puede significar ‘voy a buscar a mi hijo’, ‘voy en lugar de mi hijo’, ‘voy en favor o por el bien de mi hijo’ o ‘voy porque me lo ha pedido mi hijo’; mientras que la oración Voy a por mi hijo solo puede significar ‘voy a buscar a mi hijo’.

Extranjerismos[]

Las voces de otros idiomas no adaptadas al español y utilizadas en nuestra lengua respetarán su ortografía original. En la escritura, es conveniente distinguirlas mediante el uso de procedimientos gráficos como las comillas, la letra cursiva, etc. En textos impresos en letra redonda es más frecuente y recomendable reproducir los extranjerismos crudos en letra cursiva que escribirlos entrecomillados. En fragmentos escritos en cursiva, se usa la redonda.

Los nombres propios de otras lenguas no hispanizados se escriben como en la lengua originaria —no es necesario distinguirlos gráficamente—, y tampoco están sujetos a las reglas de la ortografía española.

Como es natural, es recomendable usar con preferencia los términos españoles antes que los extranjeros, excepto si existe un verdadero vacío en el léxico.

Más normas y convenciones[]

Toda la información lingüística se encuentra en la página electrónica de la Real Academia Española, tanto en el Diccionario de la lengua española (DRAE) y el Diccionario panhispánico de dudas (DPD) de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), como en la página Respuestas a las preguntas más frecuentes.

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