Munson era el preso número 248 en la prisión donde Sawyer también estaba. Fue encerrado por robar diez millones de dólares al gobierno, que era incapaz de encontrarlos. Munson era continuamente asaltado por los otros presos, que querían saber donde estaba el dinero, y siempre era salvado por el Alcaide Harris. El Alcaide lo hacía porque él también quería el dinero.
Sawyer convence a Munson para que confíe en él, ya que había predicho que el Alcaide sería cruel con él para conseguir el dinero y también que su mujer intentaría sonsacárselo. Durante las horas de visita, la mujer de Munson le intenta convencer para que que le diga dónde está el dinero. Horrorizado por el desarrollo de los acontecimientos (ya que creía que su mujer le amaba), Munson le confiesa a Sawyer dónde está el dinero.